lunes, 30 de mayo de 2016

Oliver Sánchez, víctima de falta de medicamentos en Venezuela

El menor de 8 años murió tras luchar contra un linfoma No-Hodgkin. Se habla de crisis humanitaria.

“Quiero curarme / Paz / Salud”. Oliver Sánchez, con 8 años y diagnosticado con linfoma No-Hodgkin, se hizo tristemente famoso hace unos meses cuando, sosteniendo un cartelito con esas palabras, protestó en Caracas y sirvió de ejemplo sobre la lucha de su familia para conseguir las medicinas para su tratamiento en la Venezuela de hoy, donde la escasez no solo se cobra el tiempo y la angustia de la gente.
Se cobra también la vida, pues el jueves falleció el pequeño, quien había entrado en coma tras complicarse su salud y contraer meningitis.

El agravamiento de su condición también chocó de frente con la falta de camas en la terapia intensiva del hospital adonde acudió. Murió tras 10 días en coma.
De inmediato, una ola de indignación volvió a correr entre los venezolanos, que cada día conocen de más y más casos de agravamiento de sus enfermos por falta de medicamentos que necesitan, falta de reactivos para las pruebas y el deplorable estado de los hospitales del país.
Una mezcla letal que produce víctimas a un ritmo que, según el Parlamento venezolano y organizaciones gremiales de médicos, es propio de una crisis humanitaria.
El testimonio de la familia del pequeño Oliver retumba con fuerza en la vergüenza del país petrolero que tiene más de 90 por ciento de escasez de medicinas. “Hemos conseguido algunos medicamentos porque mi hija se ha convertido en una detective y ha buscado en todas las instituciones”, dijo hace dos meses la abuela de Oliver, aún con esperanzas de salvar la vida de su nieto. 
Según la organización no gubernamental Coalición de Organización por el Derecho de la Salud y la Vida (Codevida), además de la escasez casi total de medicinas generales, hay una escasez de 75 por ciento de medicinas para enfermedades crónicas –como el cáncer que padeció Oliver– y hasta de 90 por ciento de insumos médicos.
El presidente de esa instancia, Francisco Valencia, advirtió esta semana quelos medicamentos para transplantados escasean desde hace meses, por lo que más de 2.500 pacientes en esa condición corren el riesgo de perder sus órganos.
Cada paciente que sale al ruedo público a exigir su derecho a la vida asegura, como lo hizo la familia de Oliver en su momento, que los enfermos tienen sueños, proyectos y planes. Recuerdan que tan terrible como la enfermedad y el malestar es buscar la cura y no encontrarla.
La situación es tan exasperante que este martes seis médicos del Hospital Universitario Los Andes –en la ciudad de Mérida– se declararon en huelga de hambre para reclamar la falta de insumos. “Estamos agotados, agotados de que los pacientes se nos mueran por falta de insumos”, declaró a la prensa local el doctor Cristian Pino, presidente de la sociedad de médicos de ese centro de atención. También reclaman el aumento de sus salarios, de los más bajos de la tabla de funcionarios públicos. 
El jueves se les sumó nada menos que el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, quien aseguró que ante la tremenda crisis económica del país se han ido por lo menos 13.000 profesionales de la salud.
Sentencia permite doble nacionalidad
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia venezolano emitió ayer una sentencia que permite a las personas tener doble nacionalidad, siendo una de estas la nacionalidad venezolana. A través de las redes sociales, analistas, periodistas y los venezolanos en general consideraron que se trata de la preparación del escenario jurídico ante la posibilidad de que se demuestre que el presidente Nicolás Maduro tenga doble nacionalidad (colombiano y venezolano).

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