El santuario de Santa Anna di Vinadio cambió su ambiente relajante y espiritual por uno festivo, en el que los vítores para los pedalistas que conforman el pelotón del Giro ensordecieron a propios y extraños. Se convirtió en el epicentro de la última batalla por la ‘maglia rosa’ entre Esteban Chaves, Vicenzo Nibali, Steven Kruijswijk y Alejandro Valverde, los cuatro primeros en la clasificación general apeñuscados en un minuto y 48 segundos.
No fue una etapa fácil. El recorrido de 134 kilómetros que se llevó a cabo sobre el manto blando de los Alpes, entre Francia e Italia, en el que se destacaron el ascenso y el serpenteante descenso de ‘Col de la Bonette’, que fuera protagonista en el Tour de Francia de 2008, y el Col de la Lombarda, zona limítrofe entre los dos países – ambos puertos de primera categoría –, Esteban Chaves se batió como guerrero para defender el liderato de la competencia, pero no lo logró.
Siempre con los ojos puestos en Vicenzo Nibali, su rival más cercano en la clasificación general (separados por 44 segundos), el pedalista colombiano recorrió los primeros 120 kilómetros. El paso por Col de Vars y por la Bonette no tuvo mayores ataques por parte de los favoritos, fue un tira y afloje por parte de los escapados, donde figuró Darwin Atapuma, quien buscó de diferentes maneras quedarse con los puntos de montaña en la Bonette.
Pero fue en el ascenso a la Lombarda donde todo se desbarató, después de un trabajo de selección de Michele Scarponi (Astana), Vicenzo Nibali arrancó y dejó a todos los perseguidores atrás. Ni Valverde, ni Chaves, ni Rigo pudieron seguir el paso de del italiano, quien hizo del Giro una carrera de dos días. Se mostró fuerte en la etapa 19 y en la 20 dio la estocada final.
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